HISTORIA LANZAMIENTO DE MARTILLO
El lanzamiento de martillo es una prueba que consiste en lanzar un artefacto compuesto por una bola con un cable de acero y un asa. Este lanzamiento se ejecuta desde un círculo rodeado por una jaula para asegurar la integridad física del público y otros atletas. Los lanzadores utilizan combinaciones de volteos y giros con el fin de conseguir acelerar la cabeza del martillo y soltarlo a la máxima velocidad posible. Su resultado depende de la velocidad inicial y el ángulo de salida e inciden también la fuerza centrípeta y centrífuga en la rotación de los deportistas. El martillo es un implemento balístico en el que los factores ambientales influyen muy poco en sus resultados.
Esta
especialidad no es antigua como los otros lanzamientos y su origen es de una
herramienta de trabajo de los herreros. El martillo tenía el cabo de madera y
de hierro la maza. Los nórdicos e ingleses comenzaron a competir con él. En
1860, en Oxford se lanzaba con una cadena, un asa y una bola de acero en la
punta. Esta especialidad se introduce en la tercera olimpiada moderna y las
mujeres compiten por primera vez en las olimpiadas de Sídney, Australia. El
irlandés John Flanagan lanza con tres giros desde un círculo de 2,5 m de
diámetro, empleando la técnica “punta de pie”. Llegó a lanzar 59,56 m Imre Nemeth, atleta húngaro, logra el récord
del mundo con 59,88 m empleando la técnica de embudo.
El estadounidense Harold Connolly campeón
olímpico en Melbourne 1956 con 68.54 m. Yuriy Sedykh estableció un récord del
mundo con 86,74 m, realizado en 1986. Fue campeón olímpico en Montreal, 1976 y
Moscú, 1980.
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